La madera es uno de los compuestos más usados en construcción y decoración. Existen muchos tipos de madera y diferentes formas de clasificarlas: según sus propiedades, su procedencia, tipos de usos o la dureza que tengan. En este artículo nos vamos a centrar en la forma de clasificación más común, que es dividirlas en maderas duras y blandas.

Cada tipo se trabaja de una forma particular y se usa para fines distintos. A continuación, daremos unas breves pinceladas de sus características y nos centraremos en cómo hay que tratarlas para que duren en buen estado mucho más tiempo.

Maderas blandas

Maderas blandas

Tipos de maderas blandas

Las maderas blandas tienen su origen en árboles de maderas blandas, perennes y coníferas de rápido crecimiento. Algunos ejemplos de maderas blandas son el pino, el álamo, el ciprés, el abeto y el cedro.

Características de las maderas blandas

Mantenimiento de las maderas blandas

Este tipo de maderas requiere de mayor protección, sobre todo en exteriores, ya que son más sensibles a la humedad y a los cambios de temperatura, por lo que es común cubrirlas con barnices, lasures o pinturas. En interiores también es recomendable protegerlas del desgaste con algún producto de acabado como barniz o cera para muebles.

Una buena opción es aplicar un barniz que cree una capa protectora que evite que penetre la humedad y proteja la superficie de roces y arañazos. Por lo general, las maderas blandas son muy porosas, por lo que será necesario dar varias capas de barniz para crear un grosor de película lo suficientemente resistente.

Maderas duras

Maderas duras

Tipos de madera dura

Las maderas duras tienen su origen en árboles de madera dura y crecimiento lento. Algunos ejemplos de maderas duras son la caoba, el roble, el nogal, la teca, el olivo, el cerezo y el fresno.

Características de las maderas duras

Entre sus características principales, podemos destacar las siguientes:

Mantenimiento de las maderas duras

Aunque tienen alta resistencia a la intemperie, siempre es recomendable darles algún protector para evitar el resecamiento y la decoloración.

Una característica de estas maderas es su baja porosidad, lo que dificulta la penetración de productos de alta viscosidad como los barnices. Por lo que, para evitar problemas de anclaje, lo ideal es usar productos que no creen película y dejen un acabado a “poro abierto” como los Lasures o Aceites para Teka.

La ventaja de utilizar cualquiera de estos productos es que penetran fácilmente en profundidad para proteger desde dentro, dejando un acabado mucho más natural y su mantenimiento es mucho más sencillo porque no requieren lijado.

Un último consejo para tratar estas maderas de alta densidad es que siempre demos manos muy finas para evitar que queden excesos que la madera no pueda absorber.

Como veis, cada tipo de madera tiene sus cualidades, pero que mantengan su belleza dependerá de cómo las cuidemos. Recomendamos leer con detenimiento las instrucciones de uso de los productos que apliquemos y consultar con el fabricante en caso de duda, es fundamental para sacar su máximo partido. 

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